Diariamente miles de costarricenses y personas de otras nacionalidades transitan por las calles de nuestra capital, San José, ya sea para llegar a sus trabajos, a sus centros de estudio, u otros lugares.
Se escuchan los gritos de los vendedores, el sonido de las palomas, los pitos de los automóviles.
Es un nuevo día, un día en el cuál nos esperan muchas cosas diferentes al día anterior. Pero, para más de 2000 personas solo en el área de San José, la historia no es la misma.
Los indigentes, viven el día a día sin importar lo que ocurrirá mañana. El hambre, el frío, el miedo y la soledad son sus compañeros diarios.
Los insultos y la agresión nunca los abandonan.
Mientras tanto, nosotros seguimos con nuestras vidas, invisibilizando a esas personas que creemos son malas y violentas; pero no todos lo son. La gran mayoría llegaron a las calles por un problema que fue difícil de superar, como la pérdida de un familiar o incluso, la pérdida de un trabajo.
En las calles, no les faltará el alcohol y las drogas. De esta manera, estas personas cada vez se hunden más y más en las calles, las cuáles se han convertido en sus hogares.
Todos somos vulnerables a la indigencia, ninguno de nosotros está exento.
Es hora de que hagamos un cambio, de que veamos a los indigentes como nuestros hermanos, como parte de nosotros mismos.
Aquí les dejo un video realizado por canal 7 acerca de las personas indigentes en Costa Rica:
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